martes, 23 de junio de 2009


Me lo dijeron mil veces,mas yo nunca quise poner atención.Cuando vinieron los llantosya estabas muy dentro de mi corazón.Te esperaba hasta muy tarde,ningún reproche te hacía;lo más que te preguntabaera que si me querías.Y, bajo tus besos,en la madrugá,sin que tú notaras la cruz de mi angustiasolía cantar:Te quiero más que a mis ojos,te quiero más que a mi vida,más que al aire que respiroy más que a la madre mía.Que se me paren los pulsossi te dejo de querer,que las campanas me doblensi te falto alguna vez.Eres mi vida y mi muerte,te lo juro, compañero;no debía de quererte,no debía de querertey sin embargo te quiero.Vives con unas y con otrasy na se te importa de mi soledad;sabes que tienes un hijoy ni el apellido le vienes a dar.Llorando junto a la cuname dan las claras del día.Mi niño no tiene padre¡Qué pena de suerte mía!Anda, rey de España,vamos a dormir,y, sin darme cuenta, en vez de la nanayo le canto así

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